Un masivo acto en las escalinatas de la sala más importante del festival irrumpió con la programación habitual del encuentro. Participaron Leonardo Sbaraglia, el director Diego Lerman y el director del Zinemaldia, José Luis Rebordinos.

El Festival de cine de San Sebastián se convirtió este martes en el escenario de una nueva y masiva muestra de apoyo a la industria del cine argentino frente al recorte presupuestario del gobierno de Javier Milei contra el Instituto Nacional del Cine (Incaa), que incluyó la suspensión de programas de financiamiento y despido de personal.

En el acto, que se realizó en las escalinatas del Kursaal, la sala más importante del festival, estuvieron presentes Leonardo Sbaraglia y el director Diego Lerman y el director del festival, José Luis Rebordinos, quien leyó un comunicado en respaldo a la cultura argentina.

«La Dirección del Festival de Cine de San Sebastián quiere mostrar su solidaridad con la industria cinematográfica argentina ante la situación excepcional que vive con la paralización de muchos de sus proyectos, el vaciado de contenido del INCAA, y con las medidas que este gobierno está tomando que ponen en peligro el desarrollo, no solo de su cinematografía, sino también de otras manifestaciones de su cultura», expresó.

En el mismo mensaje, la organización del festival apuntó contra la política de Milei: «Hoy, el Festival de Cine de San Sebastián como manifestación cultural que es, no puede permanecer al margen del desmantelamiento de una cinematografía nacional por parte de un gobierno que, además, justifica a una dictadura militar que asesinó a miles de ciudadanos».

«¡Argentina no se vende, se defiende!» fue el grito en conjunto de los actores, directores, productores y trabajadores del sector que desplegaron una bandera argentina.

Más tarde, en rueda de prensa, Lerman presentó su nuevo film El hombre que amaba los platos voladores y expresó su preocupación por la situación de la industria audiovisual: «Es un momento de incertidumbre total. Hay una parálisis muy grande, el año que viene no sabemos cuántas películas va a haber. Pocas, seguro. O ninguna, no sé. Y es triste».

«Tenemos un cine objetivamente maravilloso con una gran identidad en todo el mundo y además es una industria que funciona económicamente y que da de comer a muchísimas familias, no es una industria que no funciona», indicó por su parte Sbaraglia.

Además, admitió que «lo último que queremos es estar hablando de política en una conferencia de prensa presentando una película maravillosa como esta, pero se ha generado un escenario de conflicto».