El Millonario se impuso por 3-1 con un golazo de Beltrán, otro tanto de De la Cruz y un penal de Barco a Estudiantes, que descontó con Méndez, y se desató la fiesta del título en el Monumental.
El equipo de Martín Demichelis consiguió su primer título tras hacer un torneo impecable para mantenerse como gran protagonista del fútbol argentino tras la incertidumbre que podría haber provocado la salida de Marcelo Gallardo y, mientras disfruta de su vuelta olímpica anticipada junto a su gente, se ilusiona con un futuro prometedor.
El desarrollo no pudo darse más favorable a La Banda. Al minuto, Leandro González Pirez armó un jugadón con sombrero incluido y metió una exquisita asistencia para que Lucas Beltrán tocara de primera al palo derecho de Daniel Sappa. Con ese impulso a favor, el anfitrión estuvo a la altura de la fiesta que había arrancado en las tribunas desde la previa y anuló cualquier reacción de un rival pasmado.
En su siguiente llegada, a los 18, el local amplió diferencias cuando Nicolás De la Cruz recibió un rechazo solo y acomodó su tiro esquinado, también a la derecha de Sappa. Y más tarde, el mismo arquero visitante se llevó puesto en una salida a Nacho Fernández, dio penal Andrés Merlos y Esequiel Barco lo cambió por gol a los 30 para extender el resultado. La primera polémica de lado pincha llegaría antes del descanso, cuando Paulo Díaz intentó repeler un remate de Benjamín Rollheiser tirándose al piso y la pelota le dio en la mano, pero el VAR le descartó cualquier controversia al juez.
El complemento también transcurrió con varios momentos esperados: los cambios de Micho le permitieron al hincha reconocer a los bastiones del equipo, como Enzo Pérez -se repitió el clamor por su continuidad-, Nacho, De la Cruz y Beltrán. A los 21, durmió el medio anfitrión y permitió el descuento platense, con una buena combinación entre el ingresado Mauro Méndez y Leonardo Godoy que terminó por definir el uruguayo ante la salida de Franco Armani.
Podría haber aumentado luego Agustín Palavecino con un tiro libre apenas desviado, pero con el correr de los minutos el protagonismo se fue trasladando a las tribunas con más celebración y color, como la bandera desplegada con el mensaje «gracias por esta alegría». El River de Demichelis se bautizó así de gloria y sueña con haber colocado la piedra fundamental de otra era inolvidable.