Yasky y Godoy realizaron el anuncio, pero no definieron tiempos para concretar la unificación.
La CTA de los Trabajadores y la CTA volverán a ser una sola central obrera luego de quince años de división que incluyeron fricciones leves. El anuncio fue realizado de manera conjunta por los líderes de ambos estamentos, Hugo Yasky y Hugo Godoy.
Para encuadrar la situación desde lo que se aprecia como una decisión política, los dirigentes sostuvieron que «con este gobierno no cabe otra posibilidad que confrontar desde y en todos los planos».
Lo que comenzó como una idea que de tanto en tanto acercaba a las partes tuvo el prólogo de avances concretos en la provincia de Buenos Aires, sobre bases que se analizaron a nivel federal. Para Yasky aparece la necesidad de consolidar un núcleo que dentro del sindicalismo plantee con absoluta claridad que el Gobierno «no deja abierta ninguna vía que no sea la confrontación».
De cara a hechos concretos como la reforma laboral, la política económica y hasta la última presentación del Presupuesto hablando en plural, y todavía sin fecha de unión definida, Yasky consideró: «Estamos viendo la crueldad sistemática con que la política económica elige como blanco a los sectores populares, a los jubilados, a los maestros, a los universitarios y a los trabajadores, con despidos en el sector público. Frente a eso, las dos CTA somos parte de una misma vertiente, incluso cuando nuestros gremios estaban en la CGT. A principios de los ’90 intentamos dar una lucha y ahí se forma la CTA, porque los que decidieron acordar con Menem nos soltaron la mano.
El movimiento sindical tiene que estar en la calle y no le puede soltar la mano a nadie», reseñaron durante una entrevista conjunta en la AM 530. Sobre la dinámica emprendida para la reunificación, Godoy planteó que se trata de un proceso muy rico.
«Es evidente el fraccionamiento que existe en la sociedad argentina y es una estrategia del poder efectivizarlo también en el seno de la clase trabajadora», sostuvo.
El ejemplo más contundente que resaltó Godoy fue la precarización laboral que se enraizó en los ’90. «Algunos la ven ahora. Nosotros dijimos en los ’90 que había que construir un modelo sindical que contenga a millones de trabajadores que el sistema neoliberal descarta y nosotros no podemos negar».
Con ese enfoque marcó una tarea de responsabilidad histórica, desde la convicción de resistencia para ponerle límite a una gestión nacional que «está llevando adelante una reforma constitucional, decreto tras decreto, veto tras veto, y que como ciudadanos nos obliga a ponerle un límite a la avanzada antidemocrática, especialmente por los que menos tienen».
Ambos sindicalistas asumieron la multiplicidad de debates sobre un modelo económico extractivista y desarticulador. «Milei quiere diluir la nación argentina. Nosotros tenemos que proveerles a los trabajadores no solo capacidad de resistencia sino también la capacidad de propuestas. Esto requiere una profundización de la coordinación, no solo de unidad en la acción sino también de planes de acción y propuestas», concluyó Godoy.