Miguel Santucho, hermano del nieto restituido, se emocionó y señaló que «en el mismo momento que me enteré que habían encontrado a mi hermano, él expresó el deseo de conocerme».

El nieto recuperado 133 es heredero de un apellido icónico de la lucha revolucionaria en la Argentina y parte de una familia diezmada por la última dictadura militar, los Santucho.

Se trata del hijo de Cristina Navajas y Julio Santucho, el menor de la destacada familia santiagueña: el nieto recuperado es sobrino del legendario Mario Roberto Santucho, líder del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). El hombre también es nieto de la cofundadora de Abuelas de Plaza de Mayo Nélida Gómez de Navajas, fallecida en 2012.

La historia emocionó a cada uno de los presentes durante la conferencia de prensa que se brindó para comunicar la noticia. Miguel Santucho, hermano del nieto restituido, se emocionó al hablar y señaló que «el mismo momento que me enteré que habían encontrado a mi hermano, él expresó el deseo de conocerme».

La historia del nieto número 133 comenzó cuando Cristina Navajas y Julio Santucho se conocieron: Cristina nació en Buenos Aires y se dedicó a la docencia, se recibió de maestra en el Normal N°1 y luego estudió sociología en la Universidad Católica Argentina.

Fue en ese lugar, donde conoció a Julio César, el hijo más chico de la familia Santucho y ambos comenzaron a militar el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). «Cristina militó en Avellaneda y al momento de su secuestro era docente de las escuelas del PRT, donde enseñaba historia», explicaron en la conferencia de prensa.

La familia paterna de los Santucho, estaba conformada por diez hermanos, uno de ellos Roberto «Roby» Santucho, fue fundador del Partido Revolucionario de los Trabajadores en 1965 y comandó el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).

Por otra parte, Julio César Santucho fue enviado desde chico a un colegio pupilo y estuvo a punto de recibirse de cura, sin embargo conoció a Cristina Navajas. Ambos se casaron en el año 1971, en recibieron a su primer hijo Camilo en 1973 y a su segundo hijo Miguel en 1975.

El secuestro de Cristina ocurrió el 13 de julio de 1976, cuando se encontraba cursando las primeras semanas de su tercer embarazo. «En la historia de mi familia paterna, de los 10 hermanos Santucho, todos tuvieron consecuencias. Fueron perseguidos por la militancia y, sobretodo, por el rol de Roby», señaló Miguel «Tano» Santucho durante una entrevista para PulsoNoticias.

El día del secuestro de Cristina, tenía una carta dedicada para Julio en la que contaba la idea de un posible embarazo, que nunca llegó a enviar. En el departamento donde se llevaron a Cristina, también se encontraban su cuñada Manuela Santucho, y Alicia D’Ambra, otra militante del PRT.

Esa carta fue la primera prueba que tuvo la abuela de Miguel, Nélida Gómez de Navajas, miembro de Abuelas de Plaza de Mayo, quien falleció en mayo de 2012, hasta el momento sin conocer el paradero de su nieto.

Gracias al testimonio de varios sobrevivientes se pudo saberque Cristina estuvo detenida en los Centros Clandestinos de Detención «Automotores Orletti», «Proto Banco» y en el «Pozo de Banfield».

Tras años de lucha y búsqueda constante, el nieto número 133 fue recuperado y ahora espera poder reencontrarse con su padre y sus hermanos. «Lo que me está pasando no tiene nombre y que yo les deseo que les pase lo mismo a todos aquellos que están en la búsqueda», expresó Miguel y su padre añadió que «hoy finalmente lo pude abrazar».

Durante la presentación de la recuperación, la titular de la CoNaDi, Claudia Carlotto, destacó que los Santucho fueron «una familia enorme, atravesada por el terrorismo de Estado y también por una historia de lucha».

«Entre detenidos, asesinados y exiliados, los Santucho suman casi una veintena: diez de ellos aún desaparecidos y un niño o niña aún buscado», remarcó la funcionaria nacional.

Julio Santucho, el padre del nieto 133, es actualmente presidente del Instituto Multimedia Derechos Humanos en América Latina y Caribe, que realiza el Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos.

El menor de la familia tenía destino de cura, pero su hermano Mario Roberto frenó eso: «Me dio una batalla infernal para que yo no entrara al Seminario», relató Julio Santucho, quien se encontraba en Italia al momento de la desaparición de Cristina Navajas.

Según publicaron desde el sitio oficial de Abuelas de Plaza de Mayo, el nieto 133 fue anotado como hijo propio por un integrante de las fuerzas de seguridad y una enfermera, el 24 de marzo de 1977.

Desde pequeño tuvo dudas sobre su identidad, pero no fue hasta que su hermana, 20 años mayor que él, le confesó que en realidad no era el hijo biológico de quienes decían ser sus padres. A pesar de intentar buscar respuesta en las personas que lo criaron, ante la negativa de información, decidió acercarse a Abuelas de Plaza de Mayo.

Ante esta situación, desde Abuelas informaron a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), para que se realice el procedimiento necesario y se llevó adelante una prueba de ADN que se cotejó con el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG).

La respuesta del examen reveló que el nieto 133 es hijo de Cristina Navajas y Julio César Santucho. «Cristina tenía la voluntad de que buscaran a su hijo. Nélida honró de forma extraordinaria esa voluntad y murió buscando a su hija y a su nieto», expresaron desde Abuelas de Plaza de Mayo.