Hoy el Presidente, más que un estratega genial, se comporta como un adolescente tardío con «problemitas».

En estos días vemos, leemos y oímos a periodistas «iluminados» que nos quieren convencer que el Presidente es un genio que utiliza los ataques a Lali Espósito para tapar lo que realmente pasa con la economía y la situación social, como si la ciudadanía no entendiera lo que estamos padeciendo desde el 10 de diciembre de 2023.

Durante el gobierno de Mauricio Macri, Cristina Kirchner ya nos advertía sobre esto y nos hablaba de los «Elefantes que pasan por atrás». Sin embargo, el Capitán Reposera no pudo engañar a la totalidad de los argentinos y cuando fue por la reelección perdió en primera vuelta con un tibio como Alberto Fernández.

Hoy el Presidente, más que un estratega genial, se comporta como un adolescente tardío con «problemitas» que ataca a su compañera de curso por que no le da bola. Es una especie de payaso violento y peligroso, envalentonado por un grupo de amigotes que le festeja sus estúpidas ocurrencias.

Por eso, hay que hablar de Lali, del DNU, de la devaluación, de inflación, de pobreza, del rechazo a la doldolarización… A lo mejor, los que no la vemos, «la gente de a pie», como nos llaman despectivamente desde el púlpito de la comunicación nacional, no somos tan ingenuos, tan «fácilmente influenciables» y entendemos todo, o todo lo que nos interesa saber.

Javier Milei, como antes Mauricio Macri, retoma el mismo método: gobernar culpando a «La pesada herencia», sin hacerse cargo de la sumisión al FMI, de la desocupación, el ajuste y el hambre del pueblo trabajador. Relato que parece ser efectivo en las redes, mediática y dircursimavente.

¿Le servirá en las urnas?

El tiempo lo dirá.

 

Marcelo Rivero