Los ilícitos que se le imputan al mandatario son los de apología e instigación a cometer los delitos de lavado de dinero, evasión impositiva y violación al régimen penal cambiario. En su discurso en el Foro de Llao Llao, Milei había dicho que «el que fuga es un héroe».

«El que fuga es un héroe», alentó Javier Milei en el Foro de Llao Llao, ante un centenar de empresarios. «No importa de dónde venga la plata», redobló. Lo destacable para el Presidente es que quien fuga dinero logra «escaparse de las garras del Estado». La frase dio vueltas por los portales de noticias argentinos y del mundo, y dejó flotando una pregunta bastante evidente: ¿Milei llama a cometer delitos? ¿Él mismo actúa en contra de la ley? Eso es lo que piensa al menos el excamarista federal Eduardo Freiler, quien presentó una denuncia en los tribunales de Comodoro Py, donde señaló que «la arenga» del mandatario implica hacer apología e instigar a cometer los delitos de lavado de dinero, evasión impositiva y violación al régimen penal cambiario. Además, el exjuez sostiene que por su cargo Milei incurriría en incumplimiento de los deberes de funcionario público y violación a la Ley de Ética Pública.

Milei desplegó una vez más su diatriba contra lo que llama «los curros de los políticos», como si el empresariado fuera su pulcra contracara. Les dijo a los empresarios que lo que se llevaba el Estado para «actividades parasitarias» y que -alega- engrosaba el déficit fiscal, ahora es para ellos «para inversiones productivas». Evidentemente lo que sea que piensa el Presidente no sería para beneficio del pueblo, sino para que los empresarios lleven la plata al exterior, o manejen negocios desde afuera, todo con su respaldo para infringir las normas locales.

Algunos de los empresarios que estaban en el encuentro, como Marcos Galperín, dueño de Mercado libre, reciben beneficios impositivos del Estado, en su caso por más de 100 millones de dólares anuales. Milei se abrazó con él, con Eduardo Elsztain, dueño del grupo IRSA, con los dueños de Globant, Martín Migoya y Guibert Englebienne, con Cristiano Ratazzi (ex Fiat) y otros tantos. La mayoría de los llamados «Unicornios» no son precisamente referentes del sector productivo o ligados al consumo, sino a los servicios. En esa tónica, el Presidente dijo allí que los empresarios son los que «tienen que sacar el país adelante».

Grave: Milei afirmó que «El que fuga dólares es un héroe»

La frase completa de Milei comenzaba con una queja por los controles de capitales «entonces el que fuga -dijo- es un delincuente». Para él, en cambio, «es un héroe».

«El que fuga es un héroe, no importa de dónde venga la plata, es decir, logró escaparse de las garras del Estado. Ustedes se ríen pero yo lo veo así -dijo el Presidente de la Nación-. Digamos, qué le recomendarías a tu cliente, digo yo ahora me pongo el traje de economista: comprá dólares. Después figura como fuga. Y la verdad que si lo compran en negro, mejor. Porque así no tienen que pagar un montón de impuestos estúpidos. Qué hay, todo para financiar a los que levantan la manito y lo hace de querusa. ¿Para financiar a esos inútiles? La frase dice ‘ladrón que roba a otro ladrón tiene 100 años de perdón’. Digo, con lo que han robado los políticos argentinos tenemos la eternidad ganada”.

La presentación de Freiler, que le tocó al juez Julián Ercolini, puntualiza:

* Milei «buscó idealizar actividades delictivas como al fuga de capitales, la evasión impositiva, el lavado de divisas normado por la ley 26.683, la violación al Régimen Penal Cambiario Ley 19.359 y del “cepo” cambiario, regulado por la Circular del Banco Central de la República Argentina A7340 y las Resoluciones Generales RG-981/984 y RG-959». Es decir, estaría alentando a violar todas esas normas vigentes.

* Todo eso, plantea Freiler, llevaría a Milei a «incurrir en el concurso de los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público; violación de la ley 25.188 de Ética Pública; instigación a cometer delitos; además del de apología de delito (por pregonar la comisión de los delitos de malversación de caudales públicos; de Lavado de Activos y violación al Régimen Penal Cambiario)».

«Dado el tenor de los dichos, la vehemencia con que fueron expresados, su masiva difusión, el contexto social y la máxima magistratura del enunciante pone claramente en peligro el bien jurídico que esta norma trata de proteger: ¡el orden público!», advierte la denuncia. «Nadie como el mismísimo Presidente de la Nación puede socavar la tranquilidad y el orden público empoderando las acciones que son democráticamente impuestas como delictivas. La conmoción social que sus dichos generan son de catastróficas proyecciones en el marco de la inestabilidad económica que sufren el país y el pueblo argentino, sumado a la desintegración institucional que traen aparejadas las afirmaciones presidenciales», añade.