Él se autocalificaba de profesión: peón, creador y patrón de su propia locura en su propio taller de esculturas. Como un artista trashumante, un loco que anda por los caminos del arte.

Hoy, con profunda tristeza, toca despedir al escultor uruguayo Waldemar Moreira Zurbrigk, residente de la localidad de Punta Lara.

Waldemar nació en Puerto Sauce, Colonia, Uruguay. Llegó a nuestro país en 1971 a la edad de 16 años con una valija, un puñado de sueños y medio oficio aprendido de herrería, herencia de su abuelo.

Sus obras trabajadas en hierro forjado y soldadura forman parte del patrimonio cultural de varios museos nacionales e internacionales. Acompañamos a sus seres queridos en este difícil momento.