Unión le ganó 1-0 a Independiente Rivadavia en Mendoza por la cuarta fecha de la Liga con el gol de Balboa tras un penal polémico, y se trepó a la punta del campeonato, que comparte con Racing, Talleres y Huracán.

A pesar de haber jugado el último tramo en inferioridad numérica, Unión de Santa Fe le ganó esta noche por 1 a 0 a Independiente Rivadavia de Mendoza, como visitante, y alcanzó la línea de Talleres de Córdoba, Racing y Huracán como líderes del campeonato en el cierre de la cuarta fecha del torneo de la Liga Profesional.

Con el único tanto de Adrián Balboa de tiro penal, en la segunda parte, Unión llegó a los 10 puntos, llegó a la cima y le cortó el invicto al equipo mendocino.

Tras ponerse en ventaja el equipo santafesino, el trámite se hizo más intenso y llegaron las expulsiones: primero Víctor Ramis, del local, y después Unión se quedó con nueve, ya que Bruno Pittón y Balboa también vieron la tarjeta roja.

En la primera parte el equipo local tomó la iniciativa, avisó con dos apariciones de Reali, y luego con Palacios, pero fallaron en la definición, mientras que Unión se vio obligado a jugar de contragolpe.

Sobre el final, llegó una de las polémicas de la noche, ya que el árbitro Luis Lobo Medina había marcado un penal para Independiente Rivadavia, pero finalmente dio marcha atrás tras revisar el VAR.

Y cuando todavía no se habían acallado los ecos de esa jugada, a poco de iniciado el complemento Balboa cayó en el área por una dudosa falta de Mauro Maidana, el referi marcó la pena máxima y el uruguayo anotó el 1 a 0.

Minutos más tarde, Independiente jugó muy nervioso, y la patada de atrás de Ramis fue una muestra de ello, ya que Lobo Medina lo expulsó después de revisar la jugada en el VAR, el gran protagonista de la noche en Mendoza. Minutos más tarde, Bruno Pittón hizo lo mismo con Reali y el árbitro le mostró la segunda amarilla.

Ya en el cierre, Unión sufrió otra irresponsabilidad a pesar de estar ganando el duelo: Balboa le dio un manotazo de la nada a Tomas Palacios en la cara, lo que derribó al futbolista que llevaba la apelota y Lobo Medina lo expulsó sin dudarlo.