Beto escuchó la historia de Lennon y Nueva York cientos de veces, pero le gustaba oír a su amigo relatar de vez en cuando la mayor aventura de su vida.

 

 

«Hoy, 22 de marzo de 1988, a 25 años de la publicación de ‘Please, Please, Me’, el primer LP de los Beatles, los 4 de Liverpool anunciaron que están trabajando en un nuevo disco» -se escuchó en la radio del kiosco, mientras Juan miraba fijo a Beto y abría los ojos como el dos de oro-. Además, John, Paul, George y Ringo, comenzarán una gira mundial en el segundo semestre del año para presentar las nuevas canciones y muchos de sus clásicos».

-¿Escuchaste, Beto? Se viene un disco nuevo de los Beatles y todo gracias a mí. Yo salvé a Lennon en Nueva York.

-¿Otra vez con la misma historia? -respondió Beto con una sonrisa.

-No es una historia, es la verdad. Si yo no estaba en la puerta del Dakota esa noche de diciembre del 80, ese loco de Chaplin a lo mejor lo mataba.

-Chapman, Juan, Chapman, no Chaplin -corrigió Beto.

-Es lo mismo -dijo Juan, cagándose de risa.

Hacia fines de la década del 70, Argentina vivía una bonanza económica, que se conoció como el «milagro argentino», pero luego se demostró que resultó ficticia. Fue cuando el peso argentino valía mucho con relación al de países limítrofes, se hablaba de «Plata Dulce», prevalecía la «sabiduría» de la especulación y el «deme dos». Una realidad que derivó en la «patria financiera» y en una grave crisis económica, social y política.

Durante esos años de bonanza, Juan comenzó a ahorrar dólares, muchos dólares que le permitieron renunciar a su trabajo, poner un supermercado con unos seis empleados y trabajar por su cuenta. Le fue tan bien que a mediados de 1980, decidió viajar a Estados Unidos, y así lo hizo la primera semana del mes de diciembre.

En ese contexto se produjo el “crack bancario” de 1980, que puso fin a la etapa de la denominada “plata dulce”. La quiebra del Banco de Intercambio Regional junto con el cierre de otras casi 40 entidades financieras, que a su vez repercutió en sectores industriales, originó una fuerte corrida bancaria y fuga de divisas.

Sin embargo, Juan no sintió el golpe y gracias a sus ahorros consiguió hacer aquel viaje sin inconvenientes ni urgencias. Unos días antes de la Navidad de 1980, volvió al país y a todos le relataba la misma historia, que siempre empezaba de la misma manera: «Yo salvé a Lennon».

-Che, Juan -indagó Beto-, ¿vos crees que será cierto eso de la reunión de los Beatles veinticinco años después?

-Y sí, boludo, cómo no va a ser cierto si recién lo dijeron en la radio, ¿no escuchaste?

-Ah, claro, porque en la radio nunca mienten, no? -se burló Beto haciendo muecas y sacudiendo las manos.

-Lo dijo Lalo Mir -respondió Juan con aplomo-, si lo decía el polotudo de Pergolini, a lo mejor dudaba, pero si lo dice Lalo, para mí es palabra santa.

Beto era vecino del barrio y cliente habitual del local desde que Juan montó el supermercado, unos diez años atrás. Las reiteradas crisis económicas hicieron que el super pasara a almacén y más tarde se convirtiera en kiosco, pero Beto nunca dejó de asistir. Es más, durante esos años visitaba a Juan todos los días, no siempre compraba, pero igual pasaba un rato para conversar con su amigo kioskero.

Beto escuchó la historia de Lennon y Nueva York cientos de veces, pero le gustaba oír a su amigo relatar de vez en cuando la mayor aventura de su vida, y en esta ocasión, después del anuncio radial, le pidió que se la contara de nuevo.

-Vos sabías que John Lennon vivía ahí con la ponja, o pasaste de pedo por ese edificio?

-Sí, yo sabía, boludo, por eso fui a Nueva York, lo leí en la revista Pelo. Siempre me gustaron los Beatles y por eso hice el viaje… y también para traerme un televisor a color, tampoco voy a mentir, ja, ja.

Las altas temperaturas de marzo hacían que las tardes en el barrio fueran insoportables, y más adentro de aquel pequeño y húmedo local. Aprovechando la brisa del atardecer, ambos salieron a fumar a la vereda y Juan continuó con su relato.

-No sé si el loco ese… ¿cómo se llamaba? -Chapman, respondió Beto-. Ese. No sé si lo quería matar, pero yo lo vi con el disco «Double Fantasy» en la mano y noté que tenía un arma en la cintura. Uno viene de familia de policías y esas cosas se notan.

-Y sí, siempre tuviste alma de vigilante -dijo Beto riéndose.

-Callate, gil, vos sabés bien que yo corté la cadena. Mi viejo, mi hermano, mis tíos y mi abuelo, todos canas. Yo, técnico electromecánico y comerciante exitoso -rió y tosió el kioskero largando un bocanada de humo.

-Concretamente, Juan, qué fue lo que hiciste esa noche para salvar a Lennon?

-Nada, no hice nada. Bah, sí hice algo, aunque nada heroico. Le avisé, con mi inglés de mierda, a un cana que pasaba por ahí. El tipo llamó disimuladamente por el handy y al rato cayó un patrullero. Lo revisaron al loco ese y se lo llevaron. Después supe que John Lennon ya le había firmado la tapa del disco y este delirante todavía seguía parado ahí y con un chumbo encima. No sé si lo quería matar, pero qué sé yo, andá a saber qué buscaba.

-Ah, viste que tenés alma de vigilante, le avisaste al cana…

-Menos mal que avisé, -interrumpió Juan- mirá si no avisaba y el desquiciado ese se mandaba una cagada.

-Y vos lo viste a Lennon en algún momento?

-No, Beto, ya te conté antes que no lo vi. ¿Qué tenés, alzheimer? Me quedé un rato esperando, después me dio hambre y me fui a comer una pizza a la 5ta avenida.

-Ay, una pizza en la 5ta avenida, qué cheto mi amigo Juancito el kioskero.

-Andá a cagar, boludo. Ja, ja.

-Che, y ese Chapman todavía seguirá en cana? -inquirió Beto- ¿Sabés algo?

-Ni idea. A lo mejor lo deportaron o lo tienen encadenado en Guantánamo dándole veinte latigazos al día. Qué sé yo. Viste cómo son los yankies, no?

«Tenemos más noticias de la vuelta de los Beatles -se escuchó la voz potente de Lalo Mir en la radio-. El comunicado de prensa agrega que la dirección musical estará a cargo de George Martin, histórico productor de la banda, y los acompañará, en el disco y la gira, el pianista Billy Preston. Por último, y esto tiene que ver con nosotros, se confirma que los Beatles vendrán por primera vez a Latinoamérica: El 4 y 5 de diciembre se presentarán en Río de Janeiro, Brasil. El 7 estarán en Córdoba y el 8 de diciembre en Buenos Aires».

-Uy, escuchaste eso, Beto? -exclamó eufórico- ¿Vamos, vamos a verlos cuando vengan?

-Dale, Juan, vamos, vamos.

 

Marcelo Rivero