El canciller abrió la Reunión Ordinaria del Consejo Mercado Común y repasó lo realizado durante los primeros seis meses del año, cuando Argentina estuvo a cargo de la presidencia pro tempore del organismo, y llamó a revisar el acuerdo con la Unión Europea.

El canciller Santiago Cafiero abrió este lunes en Puerto Iguazú, Misiones, la Reunión Ordinaria del Consejo Mercado Común (CMC) del Mercosur. El evento contó con la presencia de los jefes de la diplomacia de los cuatro estados parte y Bolivia, como antesala a la LXII Reunión del Consejo del Mercado Común y Cumbre de Jefes y Jefas de Estado del Mercosur y Estados Asociados que se desarrollará el martes.

El ministro de Relaciones Exteriores repasó lo realizado durante los primeros seis meses del año, cuando Argentina estuvo a cargo de la presidencia pro tempore del organismo. «A partir del trabajo de todas las áreas técnicas y sobre todo de la voluntad y de la vocación de los países que integran el Mercosur se puede avanzar con esa decisión y esa determinación política en mejorar y ampliar los espacios de integración en nuestra región», destacó.

«Este tiempo de incertidumbre global, de redefinición de lo que se concibió como la globalización cuando se iniciaron los primeros pasos del Mercosur, hoy es un mundo totalmente distinto, que arroja prioridades y oportunidades», subrayó.

«Tenemos que fortalecernos como bloque. Las presidencias pro tempore cada seis meses generan la oportunidad de imprimir cada uno las prioridades que considera esenciales para cada integración. En este mundo de incertidumbre, el desafío de achicar las brechas de desarrollo que tenemos como región se hacen a partir de más integración. No vamos a conseguir nada si nos aislamos», aseguró.

«El año pasado logramos un comercio récord, con un crecimiento del 48% entre 2019 y 2022. Más de u$s750 mil millones. El Mercosur sigue siendo la herramienta de integración por excelencia de nuestros países», explicó.

Cafiero señaló que el acuerdo firmado entre el Mercosur y la UE en 2019 quedó desactualizado y señaló que el proteccionismo verde propuesto desde Bruselas «supone en la práctica una protección de los productos de los países desarrollados que afecta el comercio en general y, muy especialmente, a los productores de alimentos».

«La Argentina comparte el objetivo de avanzar en el acuerdo y ha trabajado en este sentido», expresó Cafiero, quien además estimó que un entendimiento con el viejo continente podría ser «un vehículo eficaz para que el Mercosur pueda potenciar su participación en el reacomodamiento global» y para «catalizar inversiones».

Explicó a sus pares que «para materializarlo y que tenga buenos resultados hay que «trabajar y actualizar los textos de 2019» porque reflejan, dijo, «un esfuerzo desigual de bloques asimétricos».

«El PBI de la UE es 6 veces más grande que el del Mercosur, y 25 de los 27 países tienen un índice de desarrollo más alto que cualquiera de los de nuestro bloque», graficó.

Además, señaló que «rigen cuotas permanentes que datan de 2019 y han quedado desactualizadas» porque en la actualidad se comercia «por encima de lo que se acordó».

Mientras tanto, recordó que los bienes industriales que exportaría la Unión Europea «no están sujetos a ningún cupo».

Respecto a las nuevas demandas ambientales que la UE impulsó este año, Cafiero sostuvo que, para la Argentina, contienen «una visión parcial del desarrollo sostenible, excesivamente centrada en lo ambiental y con escasa consideración del desarrollo económico y social».

«Firmar o no firmar es simplificación mediática», definió, y llamó a examinar el acuerdo «sin discursos ideologizados».

El jefe de la diplomacia destacó que durante estos seis meses en los que ejerció la presidencia pro tempore del Mercosur, la Argentina presentó a sus socios «una propuesta» sobre las correcciones necesarias y puso a consideración dos textos para contemplar la cooperación técnica y financiera que potencie las pymes del Mercosur y una agenda conjunta para detectar y trabajar en «cadenas de valor».