El encuentro fue en la Plaza de los Dos Congresos y contó con la participación de numerosos referentes de la cultura y organizaciones. «Cuando defendemos la cultura defendemos la justicia social para que cada uno elija su destino», indicó la autora de «El fin de la historia» y «Zona de clivaje».
La escritora Liliana Heker llamó a «defender la cultura porque implica la defensa de la escuela pública y la libertad de elegir qué hacer» y definió a la escritura como «un trabajo con la palabra», al protagonizar una charla en la Plaza de los Dos Congresos, donde desde las 15 se realizó una jornada en rechazo al DNU y la ley «Bases» del Ejecutivo Nacional que incluyó una feria de libros, una actividad con ilustradores y lecturas de textos a cargo de escritores y escritoras.
«Cuando defendemos la cultura defendemos la justicia social para que cada uno elija su destino», resaltó Heker en la tarde del sábado, ante el numeroso público que se acercó a escucharla hablar sobre «Trabajar con la palabra» como tituló su charla, convocada por la Unión de Escritores y Escritoras junto a otras actividades que tuvieron lugar a lo largo de la jornada.
Pasadas las 18.30, la autora de «El fin de la historia» y «Zona de clivaje» dijo que en dos semanas cumpliría 81 años y que «con el paso del tiempo, uno se vuelve histórico», ya que recordó haber estado en la misma plaza hace más de 65 años, en 1958, con 15 años defendiendo la educación pública, libre y laica.
Sentada en una silla sobre la glorieta ubicada en la parte de la plaza que da a Avenida Rivadavia al 1600, apenas tomó el micrófono Heker dijo que era un momento para «estar en la calle» y aseguró que esta actividad no era solo en defensa de la cultura sino también de la educación pública, porque quienes escriben, leen, editan tuvieron un recorrido de formación previo que les permitió elegir qué hacer.
Insistió con la idea de que escribir era un trabajo: «Hace unos días una funcionaria dijo que los escritores teníamos que agarrar la pala y escribir es un trabajo maravilloso, necesitamos ganarnos la vida».
«A veces se tarda mucho para escribir y la realidad espera algo inmediato», reflexionó en una tarde fresca en la que subrayó que «el escritor tiene un compromiso con su obra, rompe el silencio porque tiene un peso lo que escribe».
Para la también impulsora de talleres de escritura emblemáticos por los que pasaron autores como Pablo Ramos, Samanta Schweblin e Inés Garland, «esta época da para todo, va a estar muy reflejada en obras literarias». La autora ponderó la importancia de la ficción para dar testimonio «de una manera muy singular» posibilitando la ambigüedad, alojando aquello que escapa en el relato testimonial de la no ficción.
Durante la charla, Heker se detuvo en cómo creó algunos de sus cuentos, cómo fue que nacieron sus personajes, entre ellos la protagonista de «Cuando todo brille», a quien visualizó cuando ordenaba su biblioteca con obsesión. En ese entonces, mientras tenía los libros en el piso descubrió que «todo anhelo de perfección conducía a la parálisis o al caos».
La narradora se detuvo también en los finales de los cuentos, no en la anécdota que cierra la historia sino a esas palabras que cierran un relato. En ese momento empezó a pedir que le avisaran cuando tenía que ir redondeando porque sabía que la jornada seguía con una lectura colectiva.
«Estar acá es defender lo que nos quieren sacar, que no es solo el teatro, los libros, el cine, nos quieren sacar la vida», cerró y llamó ponerle el cuerpo a la situación sin desanimarse, a estar juntos y al mirar a los presentes cerró: «sentir que esto vale la pena de ser peleado».
Entre los presentes estaba la cantante Liliana Herrero, que fue invitada a decir unas palabras y dijo que la reunión era «una forma de construir comunidad», instó a crear colectivos para conversar, pensar.
«Para batallar tenemos que revisar quiénes fuimos nosotros en pasado y ahí nos faltan palabras, para saber cuáles son hay que encontrarse», destacó y recitó un fragmento de la canción de Fernando Cabrera, «El tiempo está después», para referirse a «aquello que fuimos y qué podemos ser ahora».
Esas palabras funcionaron como antesala de la lectura colectiva que tuvo como protagonistas a escritores y escritoras que en la misma glorieta armaron una ronda y leyeron fragmentos de libros elegidos especialmente.
Inauguró la ronda Raquel Robles, que leyó un tramo de «Un oscuro día de justicia», de Rodolfo Walsh; Betina González agradeció especialmente la presencia de sus alumnos de la Universidad de las Artes, a quienes les manifestó su compromiso de defender «el futuro de las próximas generaciones» y leyó a Alejandra Pizarnik; en tanto que Guillermo Martínez que leyó un poema de Diana Bellesi escrito en 2001.
También formaron parte de esa lectura colectiva Gonzalo Heredia, Agustina Bazterrica, Cecilia Szperling, Federico Jeanmaire, Santiago Loza, Horacio Convertini, Andi Nachon, Melina Alexia Varnavoglou y Jorge Consiglio quien dijo que «por primera vez en 2024 sentía que estaba donde tenía que estar» y fue retomado por varios de sus compañeros para coincidir.
La jornada estuvo organizada por la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), Bibliotecas Populares, Asociación de Dibujantes de Argentina (ADA), Unión de Escritoras y Escritores, Asociación Argentina de Traductores e Intérpretes (AATI), Cámara Argentina del Libro (CAL), Cámara Argentina de Papeleras, Librerías y Afines (Capla), Cámara Argentina de Librerías Independientes (CALI) y la Fundación El Libro (FEL).
Además motorizaron este encuentro la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina (Alija), el Frente de Soberanía Cultural, el Colectivo de literatura para niños, niñas y jóvenes, Tu Eterno Chicharrón (crítica de artes) y el Centro de Estudiantes de Críticas de Artes de la Universidad Nacional de las Artes.
Desde las 15 se realizaron asambleas para definir cómo participar de la marcha del 24 de enero impulsada por la CGT (Confederación General del Trabajo) y definir pasos a seguir en un escenario de crisis que afecta el desarrollo de la producción editorial y audiovisual.
La jornada estuvo acompañada de una Feria del libro urgente para rechazar la derogación de la Ley 25.542 de Defensa de la Actividad Librera, prevista en el proyecto de Ley Ómnibus, por poner en peligro el trabajo de pequeñas librerías y editoriales independientes. Así se podían encontrar libros de heck, Milena Caserola, Muchas nueces, Mansalva o Rara Avis entre muchas otras.
Durante la tarde participaron de las actividades la actriz Mirta Busnelli, la extitular de la Conabip María del Carmen Bianchi, autores como Alejandro Horowicz, Elsa Drucaroff y Gabriela Borrelli Azara y editoras como Leonora Djament o Malena Rey.