El equipo de Lavallén arrancó la Copa de la Liga con un valioso triunfo como local con un tanto de Paredes y otro de Calcaterra.
evidente efecto positivo de sus refuerzos. Porque el flamante entrenador Pablo Lavallén apostó por un ambicioso esquema 4-3-3 y los dos goles del triunfo contra Tigre en Junín fueron convertidos por jugadores que acaban de incorporarse al club para sumarse al objetivo de mantener la categoría. Un desafío que arrancó con una victoria que ilusiona, aunque también es cierto que el nivel de Tigre fue muy flojo.
Los dos goles del local llegaron a través de jugadas de pelota parada y en acciones similares. En el primero, Franco Paredes (llegó a préstamo desde River) primereó a los defensores de Tigre luego de un desvió de un corner en el primer palo y volvió a ganar el rebote que mandó a la red con una potente volea de derecha.
En el segundo, Calcaterra (otra reciente incorporación) también se quedó con un rebote luego de un tiro libre. Así, Sarmiento sacó la ventaja que le permitió sumar tres puntos para empezar a sacar la cabeza de la zona de abajo de la tabla de los promedios frente a un Tigre que apenas utilizó sus mejores refuerzos un rato en el segundo tiempo: Renzo Pérez, José Paradela y Robert Rojas.
Claramente Tigre sintió las salidas de Retegui y Colidio porque el funcionamiento ofensivo del equipo de Sara fue muy limitado. Contó con relativa generación de juego en el mediocampo gracias a la ubicación y jerarquía de Prediger, el despliegue de Menossi y el talento de Molinas, pero en los metros finales extrañó la agresividad, profundidad y velocidad de los ahora puntas del Genoa de Italia y de River.