El dark wave es un género musical que comenzó a finales de los años 1970 coincidiendo con el momento de popularidad e influenciados por la new wave y el post-punk. Construido sobre esos puntales estilísticos, el dark wave añadía además letras oscuras e introspectivas junto a un trasfondo de lamento en el sonido de algunos grupos.
En Argentina, la cultura gótica fue entendida como «Dark» a mediados de los 80. Soda Stereo tuvo un acercamiento en la época de Nada Personal y Signos (recordemos el video de «Cuando pase el temblor», con la banda caminando por Tilcara con sobretodos negros, maquillaje monocromático y raros peinados nuevos), pero su marca más fuerte puede rastrearse en Fricción y La Sobrecarga. Buceando un poco más, encontramos el disco Vida Cruel de Andrés Calamaro, y también podemos sumar a Don Cornelio y la Zona, banda producida por el propio ex Abuelos de la Nada y Rodríguez
El término «Dark» fue acuñado en Europa en los años 1980 para describir las variantes oscuras y melancólicas de la new wave y el post-punk, como el rock gótico y el synth pop oscuro, y se aplicó por primera vez a la obra de músicos como Bauhaus, The Cure, Clan of Xymox, Siouxsie And The Banshees, Dead Can Dance, New Order, Depeche Mode, Cocteau Twins y Soft Cell, entre otros.
La banda Dark de mayor influencia en nuestro país, tal vez haya sido The Cure, agrupación británica formada en 1976 en Crawley (Inglaterra). En sus orígenes, se llamó Easy Cure por un breve período, y ya figuraba en sus filas uno de sus tres fundadores y futuro líder, Robert Smith, como guitarra solista. El grupo alcanzó la cota más alta de su éxito comercial entre finales de la década de los ochenta y la primera mitad de la década de los noventa.
En marzo de 1987, The Cure pisó por primera vez suelo argentino. Por aquellos días, la banda dominaba al mundo con su disco «The Head On The Door» (1985). El look dark de su líder, el cantante y guitarrista Robert Smith, con sus pelos parados y su palidez, influyó en miles de jóvenes que comenzaron a lucir sobretodos negros y borceguíes.
Una gran cantidad de fans siguió de cerca los movimientos de los integrantes de The Cure por Buenos Aires. En cada salida de los músicos, varios jóvenes se acercaban a para conseguir un autógrafo o una foto.
El diario La Razón resaltó los momentos de violencia que se vivió antes del primer show. «Vestidos de civil, a su vez, los agentes de seguridad repartieron gomazos cuanto pudieron. Partieron tres ambulancias con heridos graves y murió un perro dóberman. Además hubo ocho detenidos. La policía furiosa, esperaba en las puertas del estadio con los brazos cruzados. La orden había sido de entrar». Hasta el productor Daniel Grinbank subió al escenario para pedir tranquilidad. «Un cacho de madurez. Estas son las cosas que luego utiliza la prensa amarilla para boicotear los recitales de rock».
Más allá de la violencia, el grupo cumplió con sus shows. The Cure repasó su trayectoria, donde no faltaron varios de sus himnos: “In Between Days”, “ Three Imaginary Boys”, “Killing an Arab”, “Kyoto Song” y “Boys Don’t Cry”.
En aquellas dos noches, La Sobrecarga fue la banda soporte. “Tengo pocas imágenes de aquellos shows. Recuerdo que fue una tarde muy linda para probar sonido. Fue un placer tocar junto a The Cure. Los hechos de violencia no los presencié mucho porque estaba en el camarín. Recuerdo como en un video una gran cantidad de ambulancias trasladando a la gente”, detalló Gustavo Collado, baterista de la banda.
La Sobrecarga surgió a comienzos de los años 80, en Trenque Lauquen, al oeste de la provincia de provincia de Buenos Aires. En 1985 firman contrato con CBS para grabar su primer álbum «Sentidos congelados» (1986).
Formada por César Dominici en guitarra y voz, Guillermo Robles en bajo y Gustavo Collado en batería; y después de varios cambios de formación, en el año 1985, ingresan Horacio «Gamexane» Villafañe en guitarra y Roberto «Ruffo» Palezza en percusión, alcanzan gran repercusión gracias a los hits «Conexión París», «Viajando hacia el este», «El gran laboratorio» y «Shock eléctrico».
Hacia marzo de 1987, la agrupación edita su segundo trabajo discográfico titulado Mentirse y creerse. Para este disco, la banda prescindió de Pablo Palezza, e incluyó a varios invitados. Durante la preparación de este LP, el sonido se volvió más oscuro (e incluso más experimental) que Sentidos congelados, por tal motivo CBS no invirtió suficiente apoyo comercial, pese al éxito de los tracks «Verano negro» y «Es telepatía».
Durante la visita de The Cure a nuestro país, también estuvo en ambos shows el cantante y guitarrista Richard Coleman, quien por aquellos días lideraba Fricción. «Fui a las dos fechas. No me acuerdo mucho, sí que nos corrió una patota. Estaba con una chica y nos iban a pasar por arriba», contó. «Me gustaba la banda, pero cuando llegaron ya no los escuchaba mucho. Sí me emocionó verlos por primera vez sobre el escenario, pero no me tocó una fibra muy especial. Yo ya estaba en otra. Terminé de escuchar la primera etapa con The Head The Door. Después busqué los discos oscuros», agregó el músico.
Fricción fue una suerte de supergrupo argentino formado en 1985, por reconocidos músicos del rock argentino de la generación de los años 80. Liderada por Richard Coleman y Gustavo Cerati, que en esta banda se limitaba más como instrumentista que como compositor, rol que llevaba en Soda Stereo, y que produjo el primer álbum de la banda, llamado «Consumación o consumo».
En este disco, con Christian Basso en Bajo y Fernando Samalea en batería, que sumó la participación de Gonzalo «El Gonzo» Palacios en saxofón y Celsa Mel Gowland en coros, se destacan los temas «Perdiendo el contacto», «Autos sobre mi cama» y «Arquitectura moderna».
Había problemas en el cronograma de recitales de Gustavo Cerati, debido a que lideraba Soda Stereo, y tenía gran cantidad de conciertos y giras. Al mismo tiempo, Coleman, Basso y Samalea fueron llamados para acompañar a la banda soporte de Charly García, Las Ligas.
En 1986 Soda Stereo publica el disco Signos, donde participan como invitados Richard Coleman en guitarra y Celsa Mel Gowland en coros. En este álbum se destacan canciones como: «Signos», «Prófugos», y «Persiana americana», pero también canciones más oscuras, más «dark» como «No existes» y «Final caja negra».
En el año 1987, Fricción ya contaba con una nueva formación, ingresaron Daniel Castro (bajo), Roly Ureta (guitarras) y Daniel Ávila (batería), grabaron su segundo disco Para terminar del año 1988, que incluye el tema «Héroes» de David Bowie. Este disco no tuvo difusión, debido a que la compañía discográfica cerró, lo que llevó a la lenta disolución del grupo en 1989.
En 1985 Andrés Calamaro graba junto a Los Abuelos de la Nada el disco en vivo en el Ópera, su última colaboración con la banda. Un poco después, y ya desligado de la banda liderada por Miguel Abuelo, lanza «Vida cruel» , su segundo disco solista.
Este álbum contó con la participación, entre otros, de Luis Alberto Spinetta, Charly García, Roberto Petinatto, Richard Coleman, Fernando Samalea y Gonzalo «El Gonzo” Palacios, estos tres ultimos de la banda Fricción.
El disco, con un Calamaro luciendo sobretodo, maquillaje y raro peinado nuevo en la tapa, maneja un estilo experimental e íntimo, aunque moviéndose dentro del sonido pop rock de los ochenta, pero también con momentos dark aportados en gran medida por los músicos de Fricción.
Todas las canciones fueron compuestas por Andrés Calamaro a excepción de «Vi la raya» (escrita junto a Charly García) y «Fotos de ídolos», original de Richard Coleman y Fernando Samalea.
Por aquellos días, el éxito que Calamaro había conseguido en Los Abuelos parecía esfumarse, y entre otras actividades musicales, inicia su trabajo como productor discográfico de bandas como Los Fabulosos Cadillacs, Enanitos Verdes y Don Cornelio y la Zona, grupo que surgió en 1984 en el barrio porteño de Flores, y liderado por Roberto «Palo» Pandolfo.
Hacia 1986 el grupo, que además de Pandolfo, incluía a Claudio Fernández (batería), Alejandro Varela (guitarra), Daniel Sais (teclados), Fernando Colombo (saxo), Federico Ghazarossian (bajista), y Daniel Gorostegui Delhom (teclados).
Grabaron su primer álbum, «Don Cornelio y la zona», en 1987 y tuvieron gran repercusión gracias a la difusión radial del tema «Ella vendrá». El álbum también contó con otro dos temas muy difundidos: «Tazas de té chino» y «El rosario en el muro».
Al año siguiente editaron «Patria o muerte», ya bajo el nombre de Don Cornelio. Este álbum, considerado una obra inigualada por la crítica especializada, transformó a la banda en objeto de culto. En él se unían poesía urbana y rock visceral y eléctrico, conjugados con un sonido oscuro y complejo a la vez, en temas como «Espirales», «Patearte hasta la muerte», «Luna de fuego», «Cabeza de platino» o «Tarado y negro».
Ese mismo año el grupo ofició de acto apertura para Iggy Pop durante su presentación en el Estadio Obras Sanitarias de Buenos Aires. Don Cornelio se disolvió al año siguiente, su último show tuvo lugar en diciembre de 1989.
A fines de la década de los 80, la moda dark empezó a desaparecer y los máximos grupos argentinos representantes de este género, comenzaron a desintegrarse.
César Dominici, cantante y letrista de La Sobrecarga, inició distintas formaciones, casi todas como solista, como Mate en la Casa y más tarde Ph Pampa. Por su parte, Gamexane formaría junto con Fidel Nadal y Jorge Serrano (Auténticos Decadentes) la banda Todos Tus Muertos. Guillermo Robles sería el primer bajista de Las Pelotas, y Gustavo Collado el baterista del primer Divididos, con quienes graba «40 dibujos ahí en el piso» (1989).
Richard Coleman pronto comenzaría a darle forma a su nuevo proyecto y en enero de 1990, en la ciudad de Villa Gesell, nacen Los 7 Delfines. La banda originalmente comenzó como un dúo de guitarras integrado por Coleman y Horacio «Gamexane» Villafañe (ex La Sobrecarga y Todos Tus Muertos), al cual luego se le sumarían Ricky Sáenz Paz (bajo, teclados y coros) y Braulio D’Aguirre (batería).
Palo Pandolfo, ya en la década de los 90, forma Los Visitantes, quienes en su primer álbum de estudio de 1993, Salud universal grabarían varios temas pensados originalmente para Don Cornelio. Además de Pandolfo en voz y guitarra, la banda contó en sus inicios con Jorge Albornoz (batería, percusión y coros), Federico Gahzarossián (bajo y coros), Karina Cohen (coros) y Daniel Delhom (teclados y máquinas).